El excandidato a intendente por el Frente Amplio Progresista en 2011, Alberto Pontoni, quien desde hace unos meses ya no vive más en nuestra ciudad, envió a este medio una carta de despedida a Marcelino Sunde, en el que recuerda los momentos vividos junto a él y su hermano Rafael. A continuación, la misiva completa:
Qué tristeza y bronca la muerte de un tipazo como el Chino Sunde. Cuando me enteré pensé que algo debía hacer para despedir al amigo que me brindó tanto afecto y que junto a su hermano Chiquito tanto me apoyó en mi campaña política en Salto … y lo que se me ocurrió fue escribir una nota contando mis impresiones de estos viejos luchadores a amigos y compañeros de nuestro país y del exterior.
Recuerdo al Chino y Chiquito como tipos frontales, con códigos, solidarios, comprometidos y ayudando a todo el mundo... que habían hecho un camino desde colonos a chacareros con mucho esfuerzo … que sus padres cuando llegaron de Yugoslavia trabajaron de peones rurales llegando a dormir en hoyos tapados con chapas.
Se proclamaban marxistas y eran afiliados al Partido Comunista de toda su vida, defensores incondicionales de la memoria del Mariscal Tito, que cuando estuvo en Argentina antes de encabezar la resistencia en Yugoslavia solía ir a Arroyo Dulce, donde tenía muchos paisanos. También eran militantes de la Federación Agraria y siempre se encontraban en primera fila en las luchas de los chacareros pampeanos.
Yo solía contar una anécdota vinculada a los Sunde que siempre me asombró. La anécdota tenía que ver con el hecho que en la localidad de Arroyo Dulce, un pequeño pueblo enclavado en el corazón de las tierras más ricas de Argentina, donde prima una cultura política y social muy conservadora, al igual que en gran parte de la pampa húmeda, llego a funcionar un local del Partido Comunista con aproximadamente 300 afiliados, algo así como el 20 % de la población adulta del pueblo; todo un fenómeno digno de figurar en un Guinnes criollo. La razón no era ideológica ni siquiera política y encontraba su explicación en el predicamento, simpatía y respeto que tenían los Sunde en la región, la gente se afiliaba al PC a pesar de tener ideas diferentes y votar por partidos tradicionales.
Tenían esa entereza que hoy es tan difícil de encontrar. Recuerdo cuando me decían: “Alberto, te vamos a apoyar con todo pero no te enojes porque nosotros nunca vamos a firmar por otro partido ni nuestra desafiliación, somos marxistas y comunistas a pesar del PC y nunca renunciaremos a ello”. Tuvimos muchas agarradas discutiendo temas como el stalinismo o la nomenclatura soviética pero ellos siempre se remitían a la vieja lucha que habían dado los soviéticos contra el nazismo.
Recibí diferentes comentarios de compañeros y amigos lamentando esta muerte desgraciada en manos de asesinos salvajes y cobardes. Desde España me recordaban las palabras de Bertolt Brecht “están los que luchan un año y son buenos, los que luchan más años y son mejores y los que lo hacen toda su vida. Estos son los imprescindibles”. El Chino pertenecía a esta última clase.
Una compañera muy joven me escribió diciendo “Tratemos de intercambiar tristeza por alegría, y tomar el ejemplo que el Chino y algunos como él siguen dando. Por suerte hay jóvenes que no renunciamos a pensar en el hombre nuevo por más que todos los datos de la realidad hagan lo posible por hundirnos en el escepticismo”.
A pesar de la tristeza del momento, que me rememora los muchos muertos que mi generación debió enterrar, estos recuerdos me dan mucha alegría y me hacen feliz.
Chino...gracias por haberte conocido. Descansa en paz.
Alberto Pontoni