El día después

Recital en Olavarría: “Fue más un capricho de hacer el show que hace 20 años no se permitió que otra cosa"

Ya consumado el final del recital del Indio Solari y con casi todos los jóvenes en sus casas, es momento de reflexionar en qué se hizo mal para que todo termine de la peor manera.

Antes de comenzar a narrar algunos testimonios de aquellos que accedieron a brindar su experiencia, que por cierto no fueron muchos porque no consideran que sea algo lindo de contar, ni están en condiciones de hacerlo, tenemos que decir que viajaron desde nuestra ciudad alrededor de 350 personas. Algunos lo hicieron en sus vehículos particulares, mientras que otros se movilizaron en diferentes medios de transporte que llevaron pasajeros al recital.

La llegada al show

Según trascendidos se dice que todo comenzó a desmadrarse ni bien el artista subió al escenario y tocó los primeros acordes, la gente se excitó de tal forma que no se controlaba y la inmensa cantidad de personas que se encontraban afuera del predio La Colmena decidió ingresar sin entrada en mano.

“Desde que dejamos el auto a 30 cuadras del predio vimos que estaba muy llena la ciudad y que no era normal ni recomendable. De igual modo no le dimos bola a ese tema y tratamos de enfocarnos en lo que habíamos ido a hacer. Con el correr de la tarde-noche ya no se podía caminar por las calles y al ingresar al predio presenciamos algo incalculable. No sé cómo pueden calcular el número de personas pero yo que estuve ahí puedo decir que nunca vi algo igual”, expuso uno de los presentes en diálogo con SaltoCiudad.

Seguido de ello, comentó que poco a poco los espacios físicos se empezaron a colmar de tal manera que costaba respirar, hecho este que no se ve muy a menudo en recitales a cielo abierto.

“Siempre vamos a ver al Indio y realmente notamos que esta no iba a ser una de las tantas ocasiones en las que vamos y volvemos sin mucho que contar más que la alegría de verlo. Desde el principio se veía que había mucha gente, quizás más que en Tandil o Gualeguaychú. Eso nos despertó la alerta de quedarnos juntos y estar expectantes pero sin dejar de disfrutar de quizás el último show que brindará el Indio”, comenzó a contar uno de los presentes en Olavarría.

El desastre

Los presentes comentaron que con el correr de los minutos la cosa se tornaba más inestable, al punto tal que el artista detenía el espectáculo para hablar con la gente y pedirle colaboración.

“Mientras se desarrollaba el show notábamos la tensión que se vivía, no solo entre la gente sino desde arriba del escenario. El Indio paró varias veces de cantar para pedir que se asista a los que estaban descompuestos o en el piso. Él mismo ya sabría que algo andaba mal o se habría dado cuenta que había mucha más gente de la esperada”, explicaron los jóvenes saltenses que prefieren preservar su anonimato ante esta situación.

Seguido de ello, cuentan que todo fue caos. Se empezaron a ver peleas e inclusive muchos descompuestos. Es más, comenta que eso debe haber sido el detonante para que el Solari toque muchas menos canciones de las que habitualmente presenta, dando por terminado un espectáculo que podría traer consecuencias y muy graves tanto para el músico como para los políticos que permitieron que se realice tamaño evento.

“Cuando nos dimos vuelta para ver que sucedía ya no había más show, todo era gritos y desconcierto. Quisimos encarar para una de las salidas y, gracias a Dios estábamos cerca porque si nos encontrábamos más en el medio hoy no estaríamos acá. La gente se caía, se pisaban entre todos para poder salir y nada servía. Era como si un montón de vacas quisieran pasar juntas por una puerta pequeña. Creíamos que se morían todos”, detalló.

El después

El problema mayor vino después de que todo terminará, mal por cierto. Ahí comenzó la desesperación dado que, según cuentan, los hospitales estaban colapsados de gente herida y las calles de Olavarría se mantenían en un solo grito: el pedido de ayuda.

“Ni bien salimos nos fuimos al hospital para ver si había alguien conocido que necesitara ayuda. Allí vimos como entraba gente desesperada buscando sus amigos y familiares. Nosotros no podemos asegurar nada pero los números que daban en la televisión son mucho menores a los que vimos, tanto en el campo como en el hospital. No podemos decir que hay más muertos ni nada de eso, pero sí de los heridos. Había gente muy mal y el número era incalculable”, siguieron.

Al hablar de la ciudad y cómo se había preparado, cerraron su relato siendo muy tajantes: “fue más un capricho de hacer el show que hace 20 años no se permitió que otra cosa. Esa ciudad no puede albergar el triple de sus habitantes y menos para un concierto de estas características. No sabemos quién se hará cargo pero lo que pasó fue grave. Nos podíamos haber muerto todos”.

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