LA PLATA, Octubre 28.-(Por Marisa Alvarez) “Así no podemos pasar los dos últimos años de la gestión”.
Desde esa convicción, Daniel Scioli plantó en el escenario político, en particular en la interna del oficialismo, una agrupación propia que reafirmó su objetivo presidencial para el 2015 pero que, en rigor, tiene un objetivo más cercano y básico: que las elecciones legislativas del año que viene le permitan incorporar a la Legislatura una consistente representación del “sciolismo puro” o, al menos, de “senadores y diputados que sepan que pertenecer al oficialismo significa bancar los proyectos del Ejecutivo”, según la explicación que se escucha en la Gobernación.
Pero el lanzamiento de “La DOS”, a cargo exclusivamente de funcionarios y legisladores hipersciolistas, mostró algunas otras puntas del esquema electoral 2013 que se empieza a definir cerca del Gobernador.
UN OBJETIVO INMEDIATO
En la definición de esa estrategia, los operadores trabajan, en principio, desde la que creen que es la convicción íntima y profunda de Scioli: mantenerse en el oficialismo, aunque con un reconocimiento de su rol institucional y político que se traduzca en la posibilidad de poblar de “leales” y aliados las listas de candidatos a la Legislatura.
La intención es, concretamente, tener en ese ámbito un número importante de legisladores lo suficientemente afines como para garantizarse la aprobación de las leyes que el Ejecutivo considere clave, y evitarse la sanción de normas que le compliquen la gestión. Un diseño de futuro que, planteado en esos términos, sirve para explicar cómo cree el sciolismo que funciona la actual Legislatura, conducida -como los bloques oficialistas- por el kirchnerismo-cristinismo.
Tras ese objetivo, el sciolismo ha aprendido, justamente, que no sólo es cuestión de cantidad. Por eso, en el laboratorio del Gobernador se especula, por caso, con la opción de que el actual jefe de Gabinete, Alberto Pérez, sea candidato a diputado con rol definido: presidir la Cámara baja.
CON VENTAJA
El tema es que el cristinismo ya se anticipó en los primeros pasos hacia el 2013, con el nucleamiento de La Cámpora, el Movimiento Evita y sus otros sectores ultra en “Unidos y Organizados”, el espacio desde el que buscará copar las listas de candidatos, para completar un desembarco en todos los ámbitos de poder que se inició en el turno electoral de 2011. Y corre con otra ventaja, para esa carrera: las únicas señales políticas de la Presidenta emitidas hasta ahora muestran que, muy probablemente, será nuevamente ella quien garantice la concreción de esa avanzada nutrida centralmente de lo que el cristinismo denomina “los jóvenes” aunque no lo sean tanto.
DUDAS Y ENIGMAS
Por eso, en el sciolismo las dudas comienzan ante una pregunta simple: ¿qué posición asumirá el jefe si el objetivo de “mandar” en la definición de las candidaturas de diputados y senadores provinciales no le es concedido en el marco del Frente para la Victoria?
Por lo pronto, sectores afines al Gobernador empiezan a delinear estrategias para, eventualmente, “jugar por afuera” del oficialismo; una opción que, en su versión más tenue, prevé la posibilidad de que Unidos y Organizados y “el resto” se enfrenten en las internas, aunque la mayoría de los observadores consideren esa chance tan poco probable como la de que le den a Scioli la lapicera para armar las listas de candidatos.
Lo cierto es, mientras tanto, hay quienes, desde muy cerca del Gobernador, van cerrando su apuesta a manos de un acuerdo con el intendente de Tigre, Sergio Massa, aunque la decisión que finalmente tome este dirigente -jugar en el 2013 por adentro o por afuera del FpV- sea aún hoy un enigma tan difícil de desentrañar como el del propio Scioli.
Con otras herramientas -sin agrupación formal propia-, Massa camina cada vez más intensamente la Provincia en pos, claramente, de liderar una especie de “liga de intendentes” que pueda gravitar de manera decisiva en las próximas elecciones. Y cerca de él se asegura que él también cree clave un acuerdo con Scioli.
Las conversaciones entre operadores de ambos se han multiplicado en los últimos días. Pero unos y otros saben que la consigna de sus jefes es coincidente y excluyente: “es temprano para tomar decisiones”.
Y todos trabajan, en definitiva, con una premisa de hierro: el 2013 es apenas un paso clave para llegar al 2015, el año para el que todos guardan sus mejores y verdaderos objetivos. La cuestión es acertar en elegir por el posicionamiento que -de cara a la política pero también y fundamentalmente a la ciudadanía- los deje -o los ponga, según el caso- efectivamente en la línea de largada de la gran carrera.(Fuente: EL DIA)