La mujer aseguró que “toda la denuncia fue una mentira. A las nenas les tomaron declaración en Cámara Gesell y el resultado fue negativo. Se comprobó que no fueron víctimas de nada, pero igual me dejaron sin poder ver a mis pequeñas hijas”, relató.

Flavia, por esta situación, perdió el trabajo. Fue integrante de la Policía Bonaerense por 10 años, y ella sostiene que fue víctima de la violencia de su exesposo.

“Nos divorciamos y a los dos años, cuando se enteró que tenía una nueva pareja, comenzó con amenazas, hasta que radicó una falsa de denuncia de abuso”, afirmó la mujer.

Para Flavia hay connivencia de la Justicia y la Policía. “No me tomaron las denuncias que quise realizar y ahora allanaron la casa de mi papá, donde sin orden judicial secuestraron celulares y buscaron a mis hijas en esa vivienda”.

La mujer no soportó más la injusticia, y luego de compartir una visita provisoria en un juzgado con una psicóloga presente con las dos hijas, se fueron solas a una plaza y en ese lugar la mayor de las nenas le dijo que no quería vivir más con el papá.

Por eso Flavia decidió escapar de Pergamino con las nenas, y anticipó que ni bien pueda va a radicar la denuncia en Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad bonaerense.

“Claudio, mi exesposo, vive de changas y vende drogas con la anuencia de la DDI de Pergamino. Por eso lo protegen”, señaló Flavia.

La mujer también cuestionó el accionar de la justicia por no hacer prevalecer los derechos del niño y su relación con su madre. “Nunca tuve problemas judiciales y el Juzgado Correccional 2 de Pergamino me acusa por falsas denuncias”, concluyó Barrios.