Es esta una fecha memorable en la historia política de nuestro país dado que el 12 de Octubre de 1916 Don Hipólito Yrigoyen asume la presidencia de la Nación, es el primer presidente argentino elegido por el pueblo.
El 12 de Octubre de 1.922, Don Hipólito Yrigoyen traspasa los atributos del mando, al Presidente electo, Marcelo T. de Alvear.
El 12 de Octubre de 1.928, a los 76 años, asume Don Hipólito Yrigoyen, por segunda vez, la presidencia de la República.
El 12 de Octubre de 1.963, asume como Presidente de la Nación, el Dr. Arturo Illia.
Don Hipólito Yrigoyen, líder del radicalismo. es primer presidente electo, mediante la utilización de la Ley Sáenz Peña de 1.912, que establecía el voto secreto y obligatorio para todos los ciudadanos varones.
Queremos recordar un episodio de su política exterior soberana, la cual, no hacía más que dignificar a la Nación Argentina ante el mundo. En este sentido, al finalizar la primera guerra mundial las potencias triunfantes se reúnen en Versalles, con el fin de redactar el tratado de paz con los países vencidos en la guerra. Es bien conocido que la República Argentina durante la guerra y más allá de las presiones de los intereses económicos internacionales y de los sectores conservadores del país, mantuvo una política de “neutralidad activa”, en el convencimiento, de que la violencia no es el método ideal para dirimir cuestiones entre los pueblos, ni entre las personas.
Este aspecto filosófico se enmarca en el pensamiento yrigoyenista de matriz Krausista, que establece un “sistema universal” basado en un “racionalismo armónico” que alcance a todos los pueblos de la tierra. Esta misma doctrina filosófica Krausista, es la que afirma que el “conflicto es una relación anormal. En tal sentido, Hipólito Yrigoyen antepone al conflicto, principios y valores tales como “la paz” y la “armonía”, que marcan el comienzo de una relación racional y dialogada entre las naciones del mundo en conflicto.
El golpe de Estado del 28 de junio de 1966, constituyó un nuevo retroceso para nuestro país, ya que vulneró la soberanía popular, se abrió la economía en favor de los capitales extranjeros y se desarticuló el sistema universitario, provocando la salida del país de una gran parte de la intelectualidad argentina. De nada servirá recordar a Arturo Illia, sino aprendemos la lección de integridad cívica que nos ha legado, como político, como demócrata y como persona, al haber consagrado su vida al servicio de la salud de sus pacientes, de su Patria Argentina y de su partido, la Unión Cívica Radical.
Comité UCR Salto