Dicen que los padres siempre están y estarán orgullosos de sus hijos. Pero acá la situación se revierte, y así lo demostró Daniel Spadone, hijo de Miguel, quien le dedicó un sentido posteo a su papá.

"80 años de pura pasión. Hace unos días, un golpe, uno más de muchos previos, lo tiro del lomo de su caballo de metal tracciónado a sangre y pasión. Fue con furia, violento. Pero nada que lo deje fuera de carrera, solo la muerte podrá con eso, como puede con todos", contaron.

Mientras tanto su "sangre de Gringo y su amor incondicional a su batimovil de dos ruedas, cuan superhéroe lo mantendrá en las rutas y las pistas. Y como ellos trasciende en el tiempo pasando de generaciones a generáciones. Este robocops menos pretencioso es parte del paisaje cotidiano de Salto".

Todos en algún momento "lo cruzamos por las calles o las rutas enfundado es sus trajes súper galácticos de colores alimentado a pedal y pedal. Ahí va el gringo!!! Y ese es el mayor reconocimiento, el de su pueblo. La pasión en estado puro, el ciclismo como estandarte como si tuviese la obligación de levantarla y llevarla como bandera a la victoria".

Victorias que no le son esquivas ni aún a los 80. "Ya no hay más categorías para él, el cíclismo no lo tuvo en sus cálculos y lo pretende jubilar antes de tiempo. Pero eso no entra en los cálculos de nuestro campeón... Mientras haya piernas, y de eso sobra, habrá gringo. Su otro compañero inseparable "el rastrojero" lo acompaña como su Robin imaginario. Parecen pensándos el uno para definir al otro: duros, fuertes, galoseros, todo terrenos, el paso del tiempo los hace más grandes. Aunque el gringo le lleva 7 años".

Felícitaciones Miguel Spadone, el ciclismo lleva tu nombre. Ganar a los 80, eso es ganar. "Pilas de trofeos y medallas, de diplomas y reconocimientos, pero llevas sobre tus espaldas el más lindo de todos: el amor por la gente de Salto, de tu ciudad, de tu mundo, de nosotros tu familia y la admiración eterna de tus tres nietos. Que más loco lindo. Todo es mucho, muchisimo. Pero no significa esto, ni jamás lo lograríamos que cuelgues los pedales. Eso nunca, como diría un sacerdote: hasta que la muerte los separe", concluyó.