Los manejos turbios que está realizando Javier Martínez en el municipio se van destapando de a poco y ponen en jaque su gestión al frente de la ciudad. Muchos de los vecinos ya están mirando con desconfianza sus acciones y se empiezan a preguntar cuáles son los vínculos entre el intendente y varios de sus funcionarios con los que hace transacciones.
Luego de que NOVA revelara la trama secreta de los supermercados chinos en Pergamino, hay otra red de maniobras oscuras detrás de la comuna, que involucra a gran parte del poder político. Se trata del sector de bromatología, donde con la mercadería que secuestran día a día hacen negocios, revendiendo en productos que fueron incautados.
Los protagonistas de esta organización son allegados a Martínez. Uno de ellos es Rodrigo Aguilar, encargado del sector de Bromatología del municipio y que se vanagloria de haber sido un ex carapintada. A pesar de que su formación es en el ámbito de la seguridad por haber sido militar, fue elegido para ese cargo sin tener antecedentes fiables para ser designado.
El propio Aguilar, quien en su momento tuvo un contacto directo con el diputado nacional Guillermo Montenegro cuando se creó la Policía Metropolitana en Capital Federal, llegó al ejecutivo local de la mano de Matías Villeta, el ex secretario de Salud y actual concejal de Cambiemos y ambos son de la extrema confianza del jefe comunal.
Según pudo averiguar NOVA, hay una persona específica que se encargaría de reclutar la mercadería que se secuestra en los distintos operativos para alojarla en un galpón que pertenece a la Municipalidad y que está emplazado sobre la ruta, para luego borrarles la fecha de vencimiento a aquellos que están en mal estado y así revenderlos.
Tanto Villeta como Aguilar llegaron a la política luego de haber formado parte de la Fundación Pensar, el instituto que se convirtió en una base de dirigentes del PRO y fue la usina electoral de Cambiemos. Allí el actual encargado de bromatología gestionaba la comisión de seguridad e incluso habría elaborado un plan de trabajo en caso de llegar a esa secretaría municipal.
El círculo perfecto se cierre con el escándalo de los aportantes truchos, teniendo en cuenta que Aguilar aparece en una de las listas de Pergamino, con una donación de 16 mil pesos, cuando en aquel entonces estaba desempleado. Como premio por haber prestado su nombre para esa maniobra, un tiempo después fue designado como funcionario municipal.