Fue así como en primer término monseñor Santiago ofició la misa en parroquia Nuestra señora de Pompeya mientras que en San Pablo los padres Domingo Pisoni y Lelong oficiaron de anfitriones para la ceremonia.
“Es un momento particular para la sociedad donde la fe hará cosas que ni uno imagina. Estamos transitando una etapa de crisis de convicciones, de paradigmas sociales a nivel global, pero por encima de ello esta Dios y su mano sanadora que nos invita a unirnos a él”, mencionó Santiago.
Lelong y Pisoni, párrocos de Pompeya y San Pablo respectivamente, fueron quienes llevaron adelante la misa de cenizas que tanta gente espera cada año y en esta oportunidad no fue la excepción dado que se hicieron presentes centenares de saltenses en busca de una purificación espiritual.
“Que hay hambre, sí es verdad, que hay dolor y desesperanza, también, pero hay algo que nos moviliza y es la necesidad de superarnos. Debemos ser pacientes y no decaer en nuestros objetivos para que el objetivo no se aleje sino que por el contrario, se acerque cada día más. No siempre se lucha contra la ansiedad del mundo sino contra la de uno mismo”, sentenció monseñor Santiago en su paso por Salto.