Por Blackie Walsh, redactora de www.laotracara.info
El informe TIPR finalizado antes de comenzar el 2024 -Trafficking in Persons Report-, que elabora la Secretaría de Estado de los EE.UU. anualmente y que abarca datos de más de 140 países) señaló específicamente la corrupción y la complicidad oficial como obstáculos significativos en la lucha contra la trata en Argentina.
Esta preocupación se hace evidente en casos como el del Chaco, donde las víctimas se enfrentan al temor de denunciar debido a la posible connivencia de las mafias con el poder y a la resultante falta de protección. El caso que involucró a los acusados Sena, Acuña y Gómez, volvió a poner de manifiesto una realidad perturbadora: la persistencia de la trata de personas en Argentina.
Este delito, que abarca desde el reclutamiento hasta la explotación, sigue siendo una sombra sobre nuestra sociedad, desafiando nuestra conciencia y exigiendo acciones más contundentes por parte de las autoridades y la sociedad en su conjunto.
Los datos son alarmantes. Según la Línea 145 del Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a las Personas, se recibe en promedio una llamada denunciando trata cada cinco horas en Argentina. Esto equivale a miles de personas atrapadas en situaciones de explotación sexual, laboral y otras formas de esclavitud moderna.
Hasta la fecha solo hubo 73 sentencias por trata de personas en el país desde que fue sancionada la Ley 26364 de Trata de Personas en el año 2008.
Según el informe del 2012 de la Unidad Fiscal de Asistencia en Secuestros Extorsivos y Trata de Personas (UFASE), que recopilaba 56 de esas sentencias, la mayoría se habían producido en Rosario y, en orden decreciente: La Plata, Mar del Plata, Paraná y Posadas.
En cuanto a las modalidades de explotación, los números hablan por sí mismos: la explotación sexual representa el 49% de las denuncias recibidas por la Línea 145, seguida de la explotación laboral en un 21%.
Entre 2015 y 2023, la Línea 145 tuvo un total de 4.826 llamadas donde se refiere la presencia de niños, niñas y adolescentes como víctimas de trata, en muchos casos, como derivación de los delitos de grooming y captación a través de redes sociales y juegos en línea.
En 2002, nuestro país ratificó Protocolo de Palermo (acuerdo internacional firmado por más de 170 países, que define a la trata de personas y marca las condiciones básicas acordadas por las naciones para combatirla a nivel nacional e internacional).
En 2008 se sancionó la ley antitrata, y los esfuerzos para perseguir este flagelo son reales, sin embargo, los informes de organismos oficiales nacionales, así como de entidades internacionales acerca de nuestro país muestran que la trata de personas continúa prosperando en ciudades, pueblos y campos.
Sin la protección de políticos e integrantes del Poder Judicial, es imposible (asi como lo declaran desde Estados Unidos) que la Trata de Personas en Argentina y los delitos abusivos en este marco contra menores, no solo paren, sino que dejen de crecer.
Por algo la Trata de Personas, es un tema del que no se habla, se usa como titulo, se sabe pero aún sigue siendo ignorado por una sociedad que en materia de delitos sobre los Derechos Humanos, mira para otro lado.