El domingo pasado, un niño desapareció en el balneario del río Salto, lo que ha desatado una intensa búsqueda en la zona. El menor, que debía reunirse con su padre ese día, no fue visto desde entonces, y las autoridades trabajan sin pistas firmes hasta el momento.
El caso ha generado una serie de especulaciones. Uno de los puntos más desconcertantes es el estado del río. A pesar de las búsquedas exhaustivas, incluso con personal que camina en el agua, ésta no les llega ni a las rodillas, lo que sugiere que la corriente no tendría la fuerza suficiente para arrastrar a una persona inconsciente. Sin embargo, las autoridades continúan explorando cada rincón del cauce, con la ayuda de kayaks y equipos especializados.
Además de la búsqueda ribereña, otras hipótesis están siendo consideradas. Se ha hablado de un posible avistamiento del menor cerca de la ruta provincial 32, que atraviesa el río, e incluso en las cercanías de un supermercado. No obstante, las cámaras de seguridad no han arrojado evidencia concluyente. La policía también ha solicitado a la comunidad que reporte cualquier información relevante al respecto, ya que, hasta ahora, todas las pistas resultaron ser falsas alarmas.
Un aspecto preocupante es que los familiares han recibido llamadas anónimas que, en algunos casos, parecen bromas de mal gusto. La abuela del menor tuvo que ser atendida por personal médico tras uno de estos llamados, lo que resalta la tensión emocional que atraviesa la familia en estos momentos.
Finalmente, versiones no confirmadas sugieren que el menor podría haber sido golpeado o empujado desde un puente cercano. Sin embargo, estas afirmaciones provienen de testigos que aún no han sido verificados por las autoridades. Mientras tanto, la búsqueda continúa sin descanso, con la esperanza de encontrar al menor sano y salvo.
La comunidad sigue expectante y las autoridades redoblan esfuerzos para dar con el paradero del niño.