30 años de democracia

Gustavo Menéndez: “La política es estar al tanto de las injusticias para corregirlas”

El intendente electo en 1983 habló con SaltoCiudad.
El intendente electo en 1983 habló con SaltoCiudad.

SALTO, Diciembre 10  (Por Valeria Vizzón, de la redacción de www.SaltoCiudad.com) Hace 30 años ingresaba a la Municipalidad como intendente. El primero, después de la noche negra que significó la dictadura cívico-militar iniciada el 24 de marzo de 1976. Gustavo Menéndez recuerda ese día, los nervios, la incertidumbre de comenzar algo nuevo, y la alegría. En ese entonces, todavía la comunidad no pagaba el Alumbrado Público; el presupuesto era de un millón de pesos, y la avenida Hipólito Yrigoyen no estaba asfaltada. Y lo más importante: desde el 73, el gobierno no era ocupado por una persona elegida por el pueblo, y a Gustavo Ménendez lo votaron 8.125 personas.

¿Cuándo comenzó a militar?

En 1972, yo militaba con un grupo muy pequeño de gente. En ese entonces hubo elecciones internas, por un lado Alfonsín y por el otro el balbinismo. Yo ya fui con Alfonsín y perdimos. Ese año fui a Rojas a un acto donde habló Raúl, y me enamoré. Realmente la personalidad de Raúl era descollante, y pensé por primera vez: “este es el hombre con el que se puede pelear en política”. Igual, siempre fui radical, ya mi familia lo era, también había algún peronista como en todas las familias. En ese momento, con Pichón Scagnetti, sin ser afiliados todavía, participamos y ese grupo siguió unido. Después llegó la desgracia del Golpe de Estado, se disolvió todo. Pero la apertura, en el 82 nos encontró unidos y con todas las posibilidades de ejercer nuestra fuerza a través del trabajo militante. Hay que pensar que no había afiliados a los partidos políticos, con lo cual el viejo colchón de afiliados que ofrecía el peronismo siempre, estaba disuelto. Todos teníamos que trabajar de la misma manera.

Fue necesaria una campaña de afiliación…

Exacto. La hicimos y creo que fue lo que nos hizo ganar en todo el país. En la Segunda Sección se hizo un muy buen trabajo, estábamos muy organizados, nos juntábamos cada 20 días, controlábamos la afiliación. Nos asustaba el peronismo a nivel votos, el peronismo gana siempre. Si bien veníamos de otro momento, nosotros intuíamos que haríamos una buena elección.

¿Hubo internas en el radicalismo local?

Sí. La interna fue, por un lado. La Línea Nacional y por el otro Renovación y Cambio. En Salto, por Línea Nacional fueron Linares, Distilio, y en la otra, con Alfonsín, estábamos con Omar Gómez, Pichón Scagnetti, Daniel y Gustavo Sario.

¿Cómo surgió su candidatura?

En principio, habíamos postulado a Wadith Gassibe. Era el candidato lógico. No sé cómo se filtró el nombre, y un medio lo publicó. Entonces se hizo una nueva reunión y me eligen a mí. Yo pedí de hacer una pequeña encuesta con Doroteo Gómez, yo entendía que antes que ser yo, debería ser otra persona. La encuesta me da bien, yo era de Renovación y Cambio y  Doroteo en ese entonces no estaba militando y no quería interna. El Movimiento entendió que el candidato era yo. Me eligen y dije: “si mi nombre sirve para sacar un concejal más, bienvenido sea, sin pensar en llegar al ejecutivo”.

¿Recuerda cómo fue la campaña del 83?

Sí, muy austera pero con mucho entusiasmo, teníamos un camión que recorría la ciudad. Mi primer discurso fue en Gahan arriba de un acoplado cerealero, y en la mitad del discurso me olvidé lo que quería decir. No sé cómo salí de eso. Después de ahí en adelante fue distinto.

¿Y en el PJ hubo internas?

Sí, y también muy importante entre tres líneas. Por un lado, José Russo, por el otro “La Eva Perón” y en otra estaba Ceballos. Migliaro, apoyado por Russo ganó las internas por 24 votos. Participó mucha gente, el que menos sacó anduvo entre 700 y 800 votos.

¿Cuándo se empezó a dar cuenta que era posible ganar?

Ya en la afiliación íbamos notando el cambio, íbamos casa por casa. Cuando entrábamos lo primero que veíamos era la foto de Perón y Evita. Les explicábamos a la gente que nosotros proponíamos a Alfonsín como presidente. Y muchos nos decían “Perón ya no está y Alfonsín nos gusta”.

¿Cómo recuerda la noche de la elección?

Fueron meses intensos, el 30 de octubre ganamos, y el 14 de noviembre nació mi hijo. Lo primero que sentí fue sorpresa, y un poco de miedo. Nos hacíamos cargo de algo para lo que no estábamos del todo preparados, yo por lo menos no lo estaba. Nos sorprendió, pero el grupo de trabajo nuestro era muy militante. Fue una gestión que no quedó traslucida en obras, no había mucho dinero. Fueron 4 años de sanear finanzas.

¿En qué estado encontró el Municipio?

Se les debía 6 meses a todos. En ese momento, el Alumbrado Público no lo pagaba la comunidad, lo abonaba el municipio, a través de la recuperación de las cuotas de la Tasa de Alumbrado, barrido y limpieza. Con una inflación del 30 por ciento mensual, el 38 por ciento del contribuyente pagaba, y el 60 no lo hacía. No había posibilidad de hacer nada ni en la actualidad ni futuro. Hubo dos cosas que me permitieron sanear el municipio: el Plan Austral, la reducción de tres ceros en la moneda, y la posibilidad concreta de pasar el Alumbrado Público al vecino. Ordenamos a quiénes le debíamos, tratamos de ser creíbles y lo logramos, a través de todo un saneamiento de todas las áreas. Tres días del mes en mi gestión, me dedicaba a revisar las facturas del mes. Todas las facturas durante mi mandato pasaron por mis manos.

¿Qué pasó con su vida personal? ¿Dejó su trabajo?

El Dr. Alberti, que era mi jefe y amigo, me dijo: “no te hagas problema, yo te espero y fue así”. En enero del 88, me llamó y en febrero volví.

Uno de los momentos más difíciles del gobierno de Alfonsín fue Semana Santa de 1987 ¿Qué recuerda?

Fue muy difícil pero tuvimos el apoyo de todo el mundo. Todos tuvieron cerca; el PJ, los comunistas, los socialistas. No era algo que se podría aprovechar políticamente. Fue una unión, una vigilia, estuvimos todos juntos. Recuerdo a todos los militantes sentados en los escalones de la Municipalidad esperando noticias.

¿Qué cree que le faltó a su gestión?

Mi deuda con el pueblo de Salto es que obras importantes que teníamos en carpeta no las pudimos hacer, incluso en algún momento me pelee con el Ministro de Obras Públicas de la provincia de Buenos Aires por la obra en la avenida Hipólito Yrigoyen. Si hay algo que es feo es prometer y no poder cumplir.

¿En su gobierno se efectuó el Estatuto del Empleado Municipal?

Sí, con Jorge Anóbile padre. Fue un estatuto modelo, hasta ese momento no había. Todo lo que existía, la dictadura lo había eliminado. Nadie discutía con nadie, las cosas eran así. Se empieza a trabajar, y mando a dos representantes del Ejecutivo: Cucho Cortez y Wadith Gassibe. Cuando me traían la información, yo les decía es imposible de llevar a cabo, no se puede aprobar. Ellos me decían “todos los concejales están de acuerdo”. En definitiva, ingresa el proyecto, lo votan. Y yo lo veto. Mi presupuesto era de un millón de pesos. Lo veté, y el Concejo Deliberante con todo el derecho del mundo porque había sido votado por unanimidad lo mantiene. Firmé el proyecto una vez que fui del Municipio. Un día me llama Victorio Migliaro y me dice “Gallego venía a firmar algunos expedientes que quedaron pendientes, entre ellos el Estatuto”.  En el 95 se derogó durante el menemismo. Menem desde el punto de vista económico destruyó tanto como la Dictadura: borraba de un plumazo cosas importantes que se habían logrado por consenso.

¿Lo decepcionó Raúl Alfonsín?

No me decepcionó. Yo fui Intendente gracias a Alfonsín, fue tan grande su carisma que nos permitió entrar en todos lados, hasta ganar la provincia de Buenos Aires. Nosotros cabalgamos sobre la figura de Raúl. Fue muy grande. Fue demasiado grande comparado con quienes competía.

En general se destaca la figura  de Alfonsín cuando entra al gobierno. Pero él fue un adelantado a su época: su rol fue clave en la Multipartidaria, también fue uno de los pocos que se opuso a la guerra de Malvinas, y habló de enjuiciar a las juntas, cuando Luder hablaba de la autoaministía.

Yo creo que Raúl tomó decisiones correctísimas para evitar quiebres institucionales en lo inmediato. Estábamos en una época donde el ejército todavía era fuerte. Había grupos como el de Rico, Seineldín. Estaban siempre ahí pendientes para actuar. Más allá de su patriotismo o no. La campaña de Alfonsín en el 83 decía por “100 años de democracia”.

¿Le perdona el Pacto de Olivos?

Sí. Yo se lo perdono, no digo que lo haya favorecido políticamente. En el nivel que él veía las cosas, y sabiendo que el máximo deseo de Raúl era que siguiera la democracia, por más con quien se haya hecho sea con Menem, yo lo respeto.

¿Por qué no quiere seguir participando en política?

Yo fui concejal por 4 años, hice 3 y renuncié. Cuando ya no te dan ganas de escuchar los problemas de la gente, hay que retirarse.  ¿Qué es la política?  Es el arte de hacer el bien, no torcer las leyes, de darle a cada uno lo que corresponde,  estar al tanto de las injusticias para corregirlas. Estoy grande,  pero ahora están los jóvenes. Yo sigo participando de las reuniones, y me ofrecen siempre cargos, cosa que me complace, yo apoyo.

CÓMO LO VI

Sincero. Recuerda cada día de su gestión con responsabilidad, tiene una mirada crítica y reflexiva sobre su gobierno: reconoce aciertos pero también falencias. La vida política activa es un recuerdo para él.

Los resultados del 83 en Salto

En las elecciones que se llevaron a cabo el 30 de octubre, la UCR obtuvo 8125. Segundo quedó el PJ, que llevaba la candidatura de Victorio Migliaro, con 6095. El tercero fue e PFI con 832 sufragios. El MID cuarto con 357, y el Partido Comunista: 136. En total votaron: 16.262 personas.

Los concejales y consejeros que ingresaron

UCR: Gustavo Sario, Ricardo Franzola, Carlos Jaime, Omar Gómez, Ernesto Distilio y Omar Viola. Por Fioramonti y Gassibe que desarrollaron tareas en el Ejecutivo, asumieron Aquilino Linares y Juan Crulier.

PJ: Juan Lucero, Ricardo Alessandro, Omar Divirgilio, Roberto Cerrillo, Aureliano Marzano, Julio Cardinalli.

Consejeros Escolares

UCR: Nazareno Giannantonio, María Catalina García y María Marta Gannon.

PJ: Hugo Malandra, Mario Cuniolo y Ada Spoturno.

El gabinete de Menéndez

Secretario de Gobierno: Wadith Gassibe

Secretario de Hacienda: Carlos Serra

Obras Públicas: Miguel Fioramonti

Salud: Director: Raúl Bolasell.

Director del Hospital: Alejandro Tornatore.

Cultura y Deportes: Pope Tornatore

Prensa: Carlos Rojo

Secretaria Privada: Norma Viora

Acción Social: Lucy Salapa de Farinetti.

Inspector General: Chelo Sterpetti.

Comisión de Turismo: Amer Testa y Armando Cilia.

(www.SaltoCiudad.com)

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