El aniversario, por lo pronto, encuentra a los vencedores de la partida electoral del 28 de junio de 2009 enfrascados en intensivas campañas de instalación de sus figuras con miras al 2011. Nunca se llevaron bien, por cierto, pero ahora ya casi nada es, en ese grupo, como lo era en aquellas horas de la victoria. De hecho, cada uno despliega por estos días su propia celebración sin la presencia de los otros; ausencias que no alcanzan a mitigar las menciones que se prodigan en sus discursos ni el gesto de enviar al acto del otro dirigentes de segundas líneas.
EL EX TRIO
Francisco De Narváez festejó el cumpleaños del triunfo con un plenario de dirigentes bonaerenses en el que terminó con las dudas sobre su aspiración electoral, reafirmando que dará pelea por la gobernación. Como símbolo de ese objetivo, el acto se realizó en la capital de
A Mauricio Macri el aniversario lo encuentra preparando el desembarco en territorio bonaerense, como arranque de su carrera por la presidencia. Y Felipe Solá celebrará mañana con un acto que funcionará como presentación formal de su aspiración presidencial.
Contra lo que ocurría en el último tramo de la campaña del 2009, en la foto de hoy están más cerca entre sí De Narváez y Solá, ambos expresamente encuadrados en el Peronismo Federal y con aspiraciones compatibles. Macri parece atravesar, en cambio, una crisis terminal con sus ex socios. Aunque algunos referentes del PJ disidente no han descartado que el dirigente porteño termine siendo el candidato presidencial del espacio -por el contrario, promueven esa alternativa-, no son precisamente los dos bonaerenses los que alimentan esa opción.
De Narváez en cambio parece tener despejado el frente interno en el Peronismo Federal, sin competidores a la vista ni objetores serios en su objetivo provincial. Y Solá sabe que le espera una dura batalla en su propio espacio, donde abundan los aspirantes presidenciales, empezando por quien comparte con él la condición de ex gobernador bonaerense, Eduardo Duhalde.
REVULSION EN EL OFICIALISMO
En el oficialismo, el aniversario de la derrota encuentra a Néstor Kirchner y Daniel Scioli con expectativas electorales que no hubieran imaginado en aquella noche amarga. "Está agrandado", resumen quienes frecuentan por estos días al ex Presidente. Se refieren a su decisión, en principio inamovible, de volver a
El Gobernador, en tanto, profundiza una estrategia orientada a que en el extendido universo dirigencial del peronismo oficialista no queden dudas de que -si Kirchner es el candidato presidencial- él tiene un único y excluyente objetivo, la reelección.
La fuerza que ya alcanza el despliegue sciolista no sólo tiene que ver con parar al Gobernador en un ring en el que De Narváez ya espera la campana de largada. Atiende también al frente interno, en la medida que no cede en ese espacio la sospecha de que, si las encuestas así lo dictaminaran, Kirchner podría inclinarse por el intendente de Tigre, Sergio Massa, como candidato a gobernador.
Massa, en efecto, tiene a la gobernación como su objetivo más nítido para el 2011, pero por ahora se concentra en el armado de un grupo de dirigentes jóvenes del peronismo, fundamentalmente intendentes bonaerenses, que busca asumir una tercera posición en el PJ, equidistante del ultrakirchnerismo y la disidencia, en una suerte de línea crítica del oficialismo. Y en ese marco, el grupo no tiene absolutamente definido todavía en qué espacio dará la pelea el